No es país para viejos (a pesar del final)

Los hermanos Coen son dos directores y productores estadounidenses que han vuelto a constuir una historia violenta. Nuestro paisano Bardem lo borda con su sonrisa perturbada y su cansancio de asesino en serie. Y la fotografía y el tiempo del desierto y ese argumento de fatalidad que tanto gusta a los Coen. Hace años vi otra de ellos que se llamaba Sangre fácil. Una delicia. Es de esas películas que dejan huella. Digamos que como ésta.
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